Viajaron los títeres sin descanso hasta llegar a la puntita de la Argentina,
donde se respiran aires guaraníes, la tierra es roja y el follaje abundante.
Llegamos a Misiones una mañana fresca, después de la lluvia.
Nos recibió Eldorado, en el centro de la provincia y una función en San Pedro esa misma tarde.
La biblioteca popular se vistió de fiesta para el "Festival Curií" de artistas y artesanos,
y los niños se acercaron a cantar y disfrutar con los títeres.
Nos acompañó la familia "con perra, tereré y todo".
Cálida gente la de San Pedro, el mejor recibimiento que pudimos tener.
Nos reunimos los días siguientes con los Jaguá Pirú, en su espacio cultural "El Kuarahy",
compartimos charlas, títeres y otra vez el tereré!
Fue íntima la función en Eldorado con un espectador especial:
el titiritero Omar Holz, a quién visitamos en su casa y charlamos sobre
el arte de los títeres y sobre su hermoso festival "Tatá Pirirí".
De allí nos fuimos a Posadas donde el Basko de la compañía Kossa Nostra
nos abrió las puertas de su casa - taller.
La función fue en La Murga de la Estación, un espacio de teatro comunitario
donde muchas personas laboran en pos del arte, para mantener la sala
y los proyectos teatrales en común.
Al otro día visitamos La Murga del Monte, en Oberá, otro grupo de teatro comunitario
que nació con el mismo espíritu que el anterior.
En la foto los niños están disfrutando de la función en el galpón,
y los títeres, teñidos de las luces de colores de Pablo Gargano, hacen de las suyas
y se despiden del público misionero,
"Nos vemos en la próxima aventura!"
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